La obesidad es una epidemia que afecta a personas de los
cinco continentes y que, además del exceso de peso, se acompaña de
múltiples problemas de salud física y mental. Aquí tienes algunos trucos
fáciles que te ayudarán a evitarla.
El estrés que supone, entre otras cosas, la inseguridad económica hace
que las personas que viven en países regidos por el denominado "libre
mercado" sean más propensas a volverse obesas, según se desprende de un
estudio británico publicado en la revista
Economics and Human Biology.
- Antibióticos con moderación
En la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York han
demostrado que la xposición a antibióticos durante la infancia altera la
composición y el funcionamiento de las bacterias del tracto digestivo,
fundamentalmente del estómago, con un impacto sobre el metabolismo que
puede predisponer a la obesidad.
Las personas que consumen refrescos regularmente tienen mayor
susceptibilidad genética a padecer obesidad y a tener un Índice de Masa
Corporal (IMC) elevado, según indica un estudio que se publica en la
revista New England Journal of Medicine.
- No abuses de la luz artificial
en el mundo moderno el reloj biológico humano a duras penas puede
permanecer en sintonía con el ciclo rotacional de la Tierra por la
exposición a la luz artificial y los irregulares horarios de comidas,
trabajo y sueño propios del mundo desarrollado. A este desequilibrio
entre los ritmos circadianos naturales del organismo y el entorno los
científicos lo han bautizado como «desincronía circadiana» y según Cathy
Wyse, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), es uno de los
motivos del incremento de la población obesa.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista
Obesity Reviews,
abusar de la calefacción en el invierno podría estar contribuyendo al
aumento de la obesidad en Reino Unido, Estados Unidos y otros países
desarrollados.Según los autores, del University College de Londres,
reducir la exposición al frío reduce la necesidad de consumir energía
para permanecer calientes y reduce la capacidad del cuerpo para producir
calor.
- Nueces, ciruelas y nectarinas
Investigadores de la Universidad de Barcelona y la Universidad Rovira i
Virgili han demostrado que comer nueces aumenta los niveles de
serotonina, una sustancia que reduce la sensación de hambre, mejora el
estado de ánimo y reduce la obesidad abdominal.
Por otro lado, según un estudio realizado por Luis Cisneros-Zevallos,
investigador de la Universidad de Texas (EE UU), los compuestos
fenólicos -antocianinas, ácidos clorogénicos y catequinas...- de los
melocotones y las ciruelas tienen efectos anti-obesidad,
anti-inflamación y anti-diabetes en diferentes células del cuerpo.
Según un estudio que publicaba hace poco la revista
Archives of Internal Medicine, sentarse frente a la televisión más de cinco horas al día potencia el sobrepeso.
- Lee las etiquetas de los alimentos
La Universidad de Santiago de Compostela ha participado, junto con las
universidades de Tennessee, Arkansas (EE UU) y el Instituto de
Investigación de Economía Agrícola de Noruega, en un estudio acerca de
la relación entre la lectura del etiquetado nutricional de los alimentos
y la obesidad. Los resultados indican que el índice de masa corporal de
los individuos que leen las etiquetas puede llegar a ser 1,49 puntos
menor que el de quienes que nunca tienen en cuenta dicha información a
la hora de hacer la compra. Esto supone una reducción de 3,91 kg para
una persona con 74 kg de peso.
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